El nombre técnico con el que conocemos la ampliación de hipoteca es novación, y consiste en cambiar, para aumentar, las condiciones acordadas cuando se negoció el contrato hipotecario original.
En la mayoría de los casos se lleva a cabo para alargar el plazo temporal de amortización y/o para incrementar la cantidad de dinero que se solicitó en un principio, teniendo en cuenta que estos cambios conllevan una serie de gastos añadidos.
Se suele solicitar en los casos en los que se ha sufrido una merma en los ingresos mensuales o para sufragar nuevos gastos que te impiden hacer frente a los compromisos contraídos en épocas mas desahogadas.
La ampliación de la hipoteca se ha convertido en la solución para muchas familias que se veían ahogadas para llegar a fin de mes y necesitaban una inyección de dinero. También es una buena alternativa para aquellas personas que se ven obligadas a reducir los pagos a los que deben hacer frente cada mes.
Existen varias maneras para llevar a cabo una novación. Destacamos tres: ampliación del plazo, ampliación del importe o ampliación de ambos. El solicitante tendrá que escoger una de ellas teniendo en cuenta las necesidades a las que tenga que hacer frente. Por lo general se suelen solicitar más ampliaciones de plazo que de importe.
- Ampliación del plazo: implica disminuir las cuotas mensuales pero soportando la deuda durante más tiempo y por tanto, pagando más intereses. Se suele solicitar cuando los ingresos familiares bajan y no se puede hacer frente a los pagos mensuales.
- Ampliación del importe: se suele solicitar para obtener mayor liquidez y poder obtener más dinero para sufragar nuevos pagos, adquirir una nueva vivienda, realizar obras, refinanciar la deuda, …
- Ampliación de ambos: cuando en una situación concreta, la capacidad de pago ha descendido y no se pueden liquidar los pagos ni ampliando el plazo de amortización.
Requisitos que se deben cumplir
La entidad bancaria a la que le pidas la novación estudiará tu situación económica, si estás al corriente de todos los pagos, si tu nivel de endeudamiento es el correcto y no destinas más del 35% de tus ingresos a pagar la hipoteca u otros préstamos, y cuál es tu situación laboral.
También te solicitarán un aval, persona o bien, que respondería por los pagos en caso de no poderles hacer frente.
En caso de cumplir con los requisitos y solicitar una ampliación del capital, es probable que la financiera pregunte cuál será el destino del dinero, siendo más fácil que aprueben la novación si el capital se va a emplear para financiar las obras de rehabilitación del hogar o adquirir una segunda vivienda, y no en el caso de que solicites el dinero para comprar un coche.
En el caso de que quieras ampliar tu hipoteca para comprarte un coche, es muy probable que los bancos te la denieguen, y es que para hacer frente a pagos más pequeños se recomienda solicitar un préstamo personal.
Si lo que pretendes es una ampliación del plazo, es decir, alargar el tiempo de amortización, el banco o caja controlará que el plazo de la hipoteca original no supere los 40 años y que no haya otras cargas.
A la hora de suscribir una ampliación de la hipoteca, habrá que tener en cuenta que , probablemente la entidad financiera cambiará el diferencial que aplica al préstamo original. El motivo de la modificación será ajustar las condiciones del contrato a las que actualmente se están realizando en el mercado.
Costes por la novación
Los gastos por ampliación de la hipoteca serán diferentes dependiendo del tipo de modificaciones que se tengan que hacer en el contrato hipotecario. Los principales costes por novación son:
- Comisión por novación: es el dinero que el banco te cobra por cambiar las condiciones del préstamo. Son gastos administrativos y de gestión. Se deben negociar en las condiciones de la primera hipoteca y no cuando se pida la modificación. Puede ser hasta del 1% del importe pendiente de amortizar.
- Gastos de tramitación: notaría, registro de la propiedad, gestoría y nuevas tasaciones.
- Pago del impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados: se abona solo cuando la ampliación incluya un aumento del capital, y suele ser de un 0,5% del importe que se está aumentando.
En general las entidades financieras no ofrecen directamente ampliaciones de hipotecas, pero sí las llevan a cabo. Las negocian directamente con sus clientes y dependiendo de su perfil crediticio y de las condiciones que le tengan que aplicar, se la otorgarán o no.