Cuando vas a pedir una hipoteca a tu banco te entran muchas dudas sobre cuál será la mejor opción hipotecaria, estaré equivocándome con esta entidad, qué pasará si no puedo pagar mi cuota.
Siempre tenemos que tener las cosas claras antes de firmar ningún papel y preguntar todas las dudas para evitar posibles errores que podríamos haber evitado de conocer bien la información de antemano.
Conocer los intereses que vamos a pagar, las comisiones que tiene el crédito hipotecario y los gastos que conlleva son los puntos más básicos a la hora de pedir una hipoteca.
La pregunta principal que nos hacemos es si nos darán el crédito hipotecario o nos lo denegarán, y qué requisitos necesito para que me la concedan. También tenemos dudas acerca del tipo de interés, fijo o variable, y sobre la posible ampliación o novación de la hipoteca, qué comisiones nos aplicarán o que productos vinculados me veré obligado a contratar.
Vamos a intentar resolver algunas de estas preguntas.
¿Me concederán la hipoteca?
Cuando vas a pedir una hipoteca al banco debes ir con tu guión bien aprendido y una lista de preguntas que no debes dejar sin respuesta. Utiliza primero un comparador de hipotecas para calcular la media de las cuotas que te pueden ofrecer en varias entidades, y conocer las condiciones de cada banco al concederte la hipoteca: intereses, comisiones, gastos y productos asociados.
Lo más aconsejable es solicitar la información en al menos tres entidades bancarias para, por un lado entender los productos que te ofrecen y conocer las estrategias de cada uno, y por otro lado para comparar entre ellas y elegir la que mejor se adapte a tus necesidades.
Intenta negociar con tu banco, sobre todo las comisiones y la vinculación son los puntos más negociables, así como el interés aplicado, los productos asociados, etc.
Será más fácil que te den el crédito hipotecario si tienes algo de dinero ahorrado, al menos un 25-30% ya que lo normal es que como máximo te concedan el 80% del valor de la vivienda, por lo que el dinero restante lo tendrás que aportar tu, y no solo es el 20% restante sino también los gastos que se generan por la compra venta de la casa y por la constitución de la hipoteca. Por tanto se recomienda ir con aproximadamente un 30% del valor de la casa ahorrado, para tener más posibilidades de que te concedan la hipoteca.
Quizá te interese comprar un piso de banco, ya que en estos casos son más flexibles y suelen conceder las hipotecas con más facilidad, incluso llegando a financiar el 100% del valor de la vivienda. Por lo que si no dispones de ahorros suficientes, puedes mirar esta opción.
¿Qué tipo de interés elegir?
Variable o fijo. En España la mayoría de las hipotecas son de tipo variable, referenciadas al Euribor y que funcionan aplicando un diferencial que se negocia con el banco y se suma a la media mensual del Euribor.
El interés se puede revisar anual, o semestral. Según el tipo de interés podemos encontrar hipotecas fijas, variables o mixtas.
Las de tipo fijo son aquellas en las que se aplica un mismo tipo de interés desde el principio hasta el fin. Se pacta al principio y se mantiene toda la vida del préstamo.
Las hipotecas de tipo variable son aquellas que van referenciadas al Euribor como ya hemos dicho y a las que se les aplica un tipo de interés que es el resultado de sumar el diferencial negociado con el banco al índice de referencia Euribor.
Las hipotecas mixtas son aquellas que tienen unos primeros plazos a tipo fijo y el resto son variables.
Normalmente las hipotecas con tipo de interés fijo son más caras, pero te permiten conocer cuál será el importe de la cuota desde el principio hasta el fin, porque siempre pagarás lo mismo.
Es más económica por lo general una hipoteca con el tipo de interés variable pero se debe tener en cuenta que la cuota puede variar bastante, ya que depende del índice de referencia y sus fluctuaciones. Lo normal es que la cuota sea diferente en cada revisión, ya sea anual o semestral.
¿Qué comisiones tengo que pagar?
Lo primero que debes saber es que las comisiones son un punto muy negociable con tu entidad.
Los bancos pueden cobrarnos comisiones por muchos conceptos diferentes, y debemos asegurarnos de cuáles de ellas son prescindibles y negociables para intentar pagar las mínimas imprescindibles.
Pueden cobrarnos comisiones de apertura, que en principio debería ser del 0%, al igual que las llamadas comisiones de estudio, que aunque no se suelen utilizar, en alguna ocasión nos la podemos encontrar. Son dos tipos de comisiones totalmente negociables y prescindibles.
Comisión por cancelación anticipada. Si crees que en unos pocos años podrás amortizar tu hipoteca, ya sea pagando algunas cuotas por adelantado, o pagando la cantidad total, es posible que te encuentres con la comisión por cancelación anticipada. Lo normal es que no te la cobren, pero lo más adecuado es solicitar que ese punto aparezca en el contrato por escrito, para evitarnos tener que pagar un importante cantidad al banco.
También podemos encontrarnos con comisiones de subrogación y por novación.
Pregunta a tu banco cuáles son las comisiones que te va a cobrar e intenta negociar con ellos su reducción o total eliminación.
¿Qué productos vinculados tiene mi hipoteca?
Lo más normal es que te obliguen a domiciliar tu nómina pero también pueden exigirte unos ingresos mínimos de 2.000 euros entre todos los titulares.
Por otro lado también puede ser que te pidan que domicilies determinados recibos en la cuenta asociada al préstamo.
Además lo más habitual es encontrarnos con la necesidad de contratar seguros de algún tipo, ya sea de hogar, vida, etc.
Habla con tu banco y pregúntale sobre todas tus dudas, confirma que puedes cancelar algunos gastos como intereses o comisiones, y asegúrate de cual será la vinculación de productos que tengas que contratar.