Cambiar de banco es algo que todos nos planteamos alguna vez en la vida. Gracias al abanico de ofertas que tenemos en el mercado, las personas valoramos qué es lo que tenemos y cómo se puede mejorar. Hace algunos años no había tantas oportunidades pero hoy tenemos productos financieros de lo más atractivos por todas partes. Controlando la línea de vinculación que nos une a ellos, quizás rechacemos alternativas mucho mejores. ¿Te habías parado a pensarlo?
¿Qué ventajas tiene cambiar de banco?
Si estás pensando en cambiar de banco es porque no estás demasiado contento con lo que el tuyo te ofrece. Por lo general, quien está cómodo con las condiciones que tiene no piensa en alternativas que le vayan a ir mejor (a no ser que haya visto una oferta de casualidad) por lo que es importante ver, dentro de la baraja de opciones que tenemos hoy, cuál puede funcionar para nosotros. A continuación, para los que todavía sienten dudas sobre qué hacer, os dejamos con algunas ventajas:
Cuentas sin comisiones
Una de las cosas que más nos gusta del cambio son las cuentas sin comisiones. La caja, aprovechando la oportunidad de tus dudas, sacará la mejor de sus barajas a fin de que te quedes con ellos. El hecho de ahorrarnos una cantidad de dinero al mes sin tener que hacer nada es algo que resulta muy atractivo y un regalo que no podemos dejar escapar. Si bien es importante conocer cuál será la vinculación que haya con el banco, lo cierto es que podemos sumar varios puntos con esto.
Coger promociones
Al cambiar de banco podemos coger muy buenas promociones. Como ya hemos advertido, la caja hará todo lo posible porque te vayas con ellos y, dentro de todo lo que te puede ofrecer, hay regalos o planes que seguro que se adaptan a ti. Con todo a su favor, si crees que el sitio en el que te encuentras se ha quedado anticuado puede que sea el momento para ver qué otros horizontes hay. ¿Quieres ahorrar un tanto por ciento cada mes? ¡Habla con tu gestor!
Condiciones favorables
Tomar esta iniciativa también puede servir para hacer despertar al banco. En ocasiones, cuando ya llevamos mucho tiempo con un cliente o sentimos que le tenemos seguro, perdemos el interés o las ganas de hacer las cosas bien (algo que justamente debería de ser lo contrario) y es este momento el que debemos aprovechar para modificar lo que no nos gusta. Si anuncias tu partida, la caja puede poner sobre la mesa todas esas ofertas que no te había enseñado hasta ahora. ¿Hacemos la prueba?
Solvencia del banco
Según la situación financiera que tengamos en el momento, podemos dar con bancos que sean mucho más solventes y nos den rentabilidad a todos los niveles. A la hora de hablar de minimizar riesgos quizás sea la opción que mejor nos va o funciona no solo para que los pagos sean más reducidos sino contar con la seguridad de que la caja vigila por sus clientes y hace todo lo posible para ganar el bienestar que merecen cada uno de ellos. ¿Sigues pensando que no vale la pena?
Mayor red de cajeros
Cambiar de banco también nos puede traer más cajeros. Cuando un nombre nuevo abre para darse a conocer, suele disponer de una red mucho más amplia de sitios en los que podemos sacar dinero y esto puede que nos motive bastante. La idea de mirar movimientos o disfrutar de efectivo en cualquier apartado de la ciudad se nos hace bastante atractiva sobre todo porque es mucho más cómodo y hay menor volumen de desplazamientos por el casco urbano. ¡Prueba a tenerlo todo en tu mano!
¿Qué debo saber antes de cambiar de banco?
Si hemos leído la cantidad de ventajas que tiene cambiar de banco puede que ya estés pensando en irte a ese con las mejores ofertas o que te hace regalos que otros no tienen. Sin embargo, antes de dar el salto hay ciertos detalles que debemos valorar para que todo nos salga sobre ruedas y no tengamos que lamentar nada después. Cuando las comisiones son altas resulta evidente que queramos probar algo nuevo pero, ¿es mejor la alternativa que tienes delante? A continuación te dejamos con algunos aspectos a tener en cuenta:
Revisar permanencia
Son muchos los productos financieros que cuentan con un cierto tiempo de permanencia. Si al abrir la cuenta te comprometiste con alguno de estos deberías cumplir el plazo antes de irte a los brazos de otra entidad. En ocasiones puedes saltar la cuota pagando los intereses pero esto solo se recomienda si estás en muy malas condiciones con tu sitio y necesitas probar con algo nuevo cuanto antes. En cualquier caso, debemos mirar todo lo que firmamos antes de hacerlo para no encontrarnos con problemas.
Cambio de domiciliación bancaria
Al domiciliar una nómina en el banco pensamos que ya nos quedamos atados a él y que será mucho más complicado cambiar en el momento en que nos haga falta pero nada más lejos de la realidad. Si bien antes era mucho más complejo, ahora son las mismas entidades las que se encargan de todos los pasos para que tú no tengas que mover ni un solo dedo. A pesar de esto, nunca está demás que revises los contratos que has hecho con la firma para ver que no te queda ninguna vinculación vigente.
Cancelar tarjetas
Al cambiar de banco también debemos cancelar todas las tarjetas que tenemos con este. Debemos pensar que hemos cortado la relación con alguien y aquello que una vez compartimos ya no pertenece a un nosotros puesto que se ha terminado. Viéndolo de esta manera es mucho más fácil saber por qué hay que asegurarse sobre este particular y la manera en la que nos puede afectar. ¿Crees que todavía tienes algo activo en tu anterior cuenta? ¡Revisa antes de darte de alta en otra!
Dejar la cuenta a 0
Todo el dinero que tengamos metido en la cuenta deberíamos retirarlo una vez que hemos decidido cambiar de proveedor. Al igual que con los servicios domiciliados, el banco puede hacer esta gestión en el momento en que tú quieres formar parte de la cartera de clientes de otro operador para que no tengas que preocuparte por nada. Cuando te quedes sin dinero lo ideal es cerrar el tema a cal y canto para evitar cualquier imprudencia que pueda surgir. ¿Lo tienes?
Cambiar de banco en 5 pasos, ¡más rápido imposible!
Ahora que sabemos todo lo que hay que tener en cuenta al cambiar de banco lo siguiente es mirar los pasos que debemos seguir para estar en manos de esa otra entidad que nos ha gustado más. Lo primero de todo será abrir una línea con la nueva firma, después trasladar servicios que tengamos contratados y finalmente venir a una vida mejor. Como sabemos que todo parece un mundo (algo que gracias a lo online ya no es tan así) te dejamos con cinco pasos clave para que no te confundas:
- Abrir cuenta con el nuevo banco
- Cambiar los recibos de la cuenta
- Dar número de cuenta a la empresa
- Trasferir el saldo restante a la nueva cuenta
- Cerrar la cuenta antigua
Como hemos advertido en el apartado anterior, cerrar la cuenta con el viejo banco es un paso bastante importante. En ocasiones, estamos tan ilusionados con la idea de irnos a otro sitio que nos olvidamos de hacer las cosas por derecho y, cuando hablamos de nuestro dinero, la firma que lo maneja y demás, es fundamental estar atentos. El banco es la casa de nuestras finanzas y no debemos dejarlas al aire o sin control alguno porque podría pasarnos factura.
¿Cómo elegir la mejor cuenta al cambiar de banco?
La oferta de productos financieros que hay en las cajas hoy en día no tienen nada que ver con lo que teníamos hace algunos años donde solo veíamos cómo el Banco de España (organismo que sigue siendo dueño de todo esto) nos dejaba solo unas opciones con las que contentarnos pero ahora, gracias a la demanda que hay de nuevas alternativas, tenemos bastante para elegir. A pesar de ello, ¿cómo sabemos que la línea que tenemos delante es la nuestra?
La investigación sobre las ofertas de cuentas y cómo gestionan el dinero es la única manera real de dar con la entidad que lo tiene todo para nosotros y juega en nuestro beneficio. Para informarnos sobre los mejores bancos y los productos que tienen podemos preguntar a alguien que ya sea de allí o consultar por Internet cuáles son los comentarios acerca de la firma. Por último, lo ideal es acercarnos a una de las sucursales con el fin de que nos diga qué hay para nosotros. ¿Ya le echaste el ojo a la tuya?
Como hemos visto cambiar de banco no es ninguna tontería. Cuando nos va mal en nuestra caja o vemos que las comisiones son muy altas lo primero que pensamos es sacar el dinero y salir corriendo pero esto, hecho sin pensar y a lo loco, puede que nos deje más secuelas que el alivio que supone debemos sentir. Si estás cansado de pagar de más o ves que ya no te ofrecen productos nuevos interesantes, lo mejor es que te sientes a meditar la decisión y, después de haber estudiado las posibilidades, pegues el salto.